LA ANSIEDAD VITAL

Hay momentos en la vida en los cuales, a pesar de que todo parece normal, tenemos la sensación de que algo no va bien pero no entendemos qué puede ser. Lo peor de todo es que no sabemos cómo remediarlo. Yo lo llamo “ansiedad vital”. Te pongo algunos ejemplos, por si te ha pasado o en algún momento te sucede, y después te enseñaré cómo solucionarlo. Los ejemplos que enumeraré a continuación hay que verlos dentro de un contexto de aparente normalidad en los que sin embargo algo no acaba de funcionar. No me estoy refiriendo a casos de depresión grave, ni enfermedades, ni nada por el estilo, simplemente a estados en los que si alguien nos viera podría pensar que todo va bien pero nosotros sabemos que algo interior está fallando. Aquí los ejemplos:

– Te levantas por la mañana sin ganas de afrontar el día
– Tienes continuos pensamientos de que te gustaría hacer otras cosas en la vida
– No te sientes a gusto en el entorno en el que te mueves
– Te faltan energías para hacer cosas que se supone “deberías” hacer
– Puede que incluso aparentemente tengas todo, pero a pesar de ello no te sientes feliz
– El horizonte que ves a medio o largo plazo no te motiva en absoluto

Si en tu vida te ocurre una situación de las anteriores no tiene por qué suceder nada extraño, si te ocurren dos de las situaciones empieza a haber una señal de alarma y si más de tres situaciones te resultan familiares estás pasando por un proceso de “ansiedad vital”, que básicamente ocurre porque hay una fuerte discrepancia entre lo que tú eres (o quieres ser) y lo que estás haciendo en el día a día. Tú no te das cuenta pero tu subconsciente sí; se percata de que los pequeños pasos que das no te están acercando a lo que quieres ser, sino más bien te están alejando. Es como si lo que a uno le motiva es ser artista porque lo lleva dentro y trabaja obligado en un área de contabilidad. El subconsciente en algún momento le va a avisar de que seguir ejerciendo de contable todos los días le está alejando de lo que realmente quiere ser y eso genera un estrés muy profundo que se va acumulando. A veces uno no puede ser pintor, pero en el caso del contable le daría mayor felicidad si trabajase como contable en un museo de arte. Lo importante es que los pequeños pasos que des en tu día a día guarden coherencia con lo que tú llevas dentro. Si por alguna razón acabaste siendo notario en una localidad concreta y lo que querías es ser emprendedor para gozar de libertad y poder viajar, sencillamente tendrás ansiedad vital por mucho dinero que ganes como notario. Llevado al extremo es como si tienes una determinada orientación sexual y factores externos te obligan a comportarte de manera contraria, o como si tienes unos determinados valores y no los puedes cumplir, o como si eres un pez y te quieren enseñar a caminar, sencillamente vas a colapsar. Hay veces la situación no es tan extrema ni evidente y por tanto se vuelve difícil de identificar. ¿Cómo podemos en esos casos solucionar algo que no es tan evidente? La clave está en detenerte de vez en cuando en tu vida y analizar cómo te sientes, buscando si tienes la sensación de que algo que no está funcionando bien. Nos pasa a más personas de las que imaginamos alguna vez. A mí me pasó hace años. Vivía en un país de Latinoamérica y todo me iba bien. Trabajaba para una multinacional, tenía una buena retribución, casa, auto, beneficios sociales, amigos y un montón de actividades sociales que me hacían acostarme muy tarde. Aparentemente todo era fenomenal, sin embargo llegó un momento en el que supe que algo no iba bien, que eso no era lo que yo quería. Sencillamente tenía “ansiedad vital”, así que decidí dar un cambio. La ansiedad vital genera infelicidad porque tu subconsciente te estará diciendo de una u otra manera que ese camino que llevas no va hacia donde tú quieres ir. ¿Y entonces cómo se soluciona esa “ansiedad vital”? De la siguiente manera: Párate a pensar qué quieres ser (ojo, no cuánto tener) y cambia tu rumbo hacia ello. No digo que sea fácil, pero créeme que “quedarte en la fiesta equivocada” es mucho peor. La vida es demasiado corta como para estar haciendo cosas que no van contigo en absoluto. En mi caso, aparentemente me iba bien, pero lo que ocurría es que yo quería dos cosas: formar una familia y ser libre, así que dejé la corporación en la que trabajaba, cambié de país, busqué alguien con quien formar una familia y empecé a relacionarme con emprendedores para montar un negocio que me permitiera no tener jefe. Lo que cada uno quiera ser es muy diferente. Unos querrán ser padres, otros querrán estar solos, otros querrán viajar por el mundo, otros preferirán vivir más tranquilos en un pueblo, etc. Nada de eso es cuestionable, todas son opciones igualmente válidas. Solo aclara qué quieres ser y cambia tu rumbo hacia ello. No significa que lo vas a conseguir en cuatro días. Si lo que quieres es viajar por el mundo debes buscar trabajos relacionados con actividades internacionales en lugar de buscar ser empleado fijo en un organismo público de un pequeño pueblo (lo cual es muy válido si has elegido una vida tranquila). Al final, lo importante es que cuando te levantes por las mañanas sepas que los pequeños pasos que estás dando te están conduciendo a lo que tú quieres ser. De esa manera habrás eliminado la ansiedad vital. Puede sonar fuerte pero es mejor hacer un cambio en tu vida cuanto antes que aguantar años acumulando ansiedad vital y acabar en depresión. Porque además, sé consciente de que cuantos más años pasen más difícil será después cambiar el rumbo. Te contaré un cuento, aunque lo cierto es que es un caso real: Juan tenía la sensación de que a su edad no había conseguido las metas que se había propuesto de joven. Quería haber tenido una mejor carrera profesional y había soñado con una mejor posición económica. Conservaba buenos amigos de la Universidad y viendo que a uno de ellos le había ido muy bien decidió hablar con él para ver si podía aprender de su caso. Aprovechó que tenía confianza, así que le pudo hablar con franqueza. Le dijo que su vida no había sido como él quería, que no había alcanzado el éxito profesional que esperaban de él y que se sentía triste por ello. Cuando le contó todo esto, esperaba que su amigo le tuviera compasión, le animara y le dijera algunas pautas que a él le habían resultado para alcanzar el éxito. Sin embargo su amigo le miró a los ojos y con total sinceridad y tristeza le dijo: “a mí me pasa exactamente lo mismo …” Deseamos la vida de los famosos y creemos que los ricos viven de ensueño, sin embargo cada ser humano en su contexto tiene problemas y aprendizajes por los que pasar. La vida es para los que saben tomársela. Los demás van a sufrir, da igual lo que tengan o lo que hagan. ¿Crees que el jugador de fútbol y estrella mediática Cristiano Ronaldo no sufre? Mira su cara (no sus posesiones), sufre mucho más que una persona normal. El problema es que cuando la ansiedad vital perdura durante un tiempo prolongado puede acabar derivando en depresión, lo cual tiene consecuencias muy serias en la salud.

Autor: Javier Benítez – 18 de abril 2023

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